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El cerebro del adolescente, a pesar de haber alcanzado su tamaño máximo, se encuentra en plena transformación. Se produce una reestructuración cerebral que afecta al sistema de recompensas (desapareciendo aproximadamente un 30% de los receptores de dopamina) por lo que se reducen las pequeñas alegrías que les atraían como niños, para pasar a interesarse por otras cosas. La relación con los amigos adquiere primacía. Les atrae el riesgo y son desafiantes en general. Desafían su talento, obteniendo a veces éxitos y a veces fracasos, siendo esta la manera de adquirir confianza consigo mismos. Uno de los peligros al que se expone el adolescente es el consumo de drogas. Por una parte se ha producido una reducción en los receptores del sistema de recompensas en el cerebro, y por otra se encuentran expuestos con relativa facilidad a situaciones donde se da consumo de alcohol y drogas, aumentando la vulnerabilidad a estas sustancias, siendo su finalidad aumentar su estado de ánimo.

Por otro lado el cuerpo sufre también una repentina transformación, ante la cual el cerebro debe ir adaptándose a la nueva realidad somática. Aumenta la talla de 30 a 50cm y el peso unos 30kilos. Por su parte el efecto de las hormonas sexuales reguladas por el hipotálamo, hacen que el cerebro sea receptivo a los estímulos sexuales.

Los principales trastornos que pueden darse dentro de la etapa infantojuvenil: