Es una persona que sabe escuchar con mucha atención y sabe preguntar con delicadeza sobre aspectos de nuestra vida que preferiríamos no recordar ni contar a nadie. Le estoy muy agradecida, porque durante muchos años tuve depresiones cíclicas, en las que me sentía “caminando en el desierto” y, desde que fui a su consulta, además de mejorar de la que tenía en ese momento, no he tenido más en casi dos años. Deseo que durante mucho tiempo, pueda ayudar a muchas más personas.
Quizá establecería el precio de la consulta dependiendo de las posiblidades económicas de los pacientes, ya que para algunos, puede resultar caro. También creo que la salud no tiene precio, y por tanto no se puede valorar como un objeto que podamos o no tener. Esto me parece mucho más importante cuando se trata de salud mental.Tener salud es tener calidad de vida.