Según The Guardian, llorar después de una experiencia sexual no es algo inusual; de hecho, esta tendencia emocional es conocida con el nombre de disforia poscoital.
Las experiencias sexuales suelen estar acompañadas de una variedad de emociones intensas, desencadenadas por la liberación de hormonas durante el acto. La combinación del placer físico, la carga emocional y el vínculo con la pareja puede resultar arrolladora.
De este modo, al finalizar la práctica sexual, puede ser frecuente la aparición de una sensación de tristeza o pérdida a medida que los sentimientos regresan a su nivel habitual. Reconocer y comprender estos sentimientos puede contribuir a una relación más saludable y comprensiva con uno mismo y con la pareja.
En opinión del doctor Carbonell, es muy importante tener en cuenta que a veces las sensaciones normales las podemos confundir con conflictos de pareja. Por consiguiente este artículo nos aporta un dato muy revelador de que la disforia poscoital tras las relaciones puede ser normal y no deberse a un problema de mayor relevancia.
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